- EN ESTE ARTÍCULO -
Tu boda es un día de celebración, emociones, amor y conexión con familiares y amigos. Sin embargo, hay un instante en el que todo se detiene, y lo único que existe es “ella”, la novia: la protagonista del evento. Sin ruido, sin el bullicio de los invitados, sin nada más que su reflejo y el lente que captura este momento mágico. Es una pausa antes del “sí, acepto”, donde ella, solo ella, toma el centro del universo.
La novia no es solo un personaje más en el gran día: es la protagonista absoluta. Y como toda gran protagonista, merece una escena solo suya. Una sesión que le haga justicia al vestido que soñó, a los tacones que eligió con cuidado, al velo que acaricia su espalda, a las joyas que la adornan y que cuentan una herencia.
Ese momento de cámara, luz y presencia no es vanidad: para los fotógrafos es una oportunidad de hacer arte. Por eso, esta sesión no puede faltar.
Un ritual visual que emociona
Para la fotógrafa de bodas Alexa Antonoff, cada sesión de novia es un recorrido emocional:
“Me encanta ver cómo poco a poco se va arreglando. Con cada uno de los detalles grita quién es y muestra su esencia. Cuando por fin se pone el vestido y los últimos toques, como la joyería o el velo… ese momento de verla completamente armada me emociona profundamente.”
Lo que empieza con la piel desnuda y una bata ligera se convierte en un retrato completo de la novia. El maquillaje, el peinado, los zapatos… Para capturar estas imágenes, Alexa las guía con suavidad hasta que la novia se siente libre, cómoda, poderosa.
Y eso se nota en cada fotografía.


¿Por qué tener esta sesión?
No se trata solo de coleccionar fotos. Es una forma de prepararse emocionalmente para el gran día, de conectar con la cámara y con el equipo que te acompañará desde el getting ready hasta la última canción del after party.
“Esta sesión ayuda a que la novia arranque motores, se acostumbre a la cámara, a la dirección, a fluir con naturalidad. Esa conexión previa es clave para que, durante todo el día, se sienta segura con su equipo de foto y video”, cuenta Alexa.
Y sí, también es una pausa: un regalo íntimo, un momento solo para la novia antes del alboroto del gran día.


Lo que no puede faltar
Las fotos esenciales no están solo en una lista: están en la emoción.
Alexa trabaja con un enfoque orgánico y documental, sin rigidez, sin poses forzadas, capturando los detalles conforme suceden.
“Tomo fotos de lo que es importante para ella, pero me encanta hacerlo mientras todo ocurre naturalmente. Más estilo lifestyle, más real.”
Entre las imperdibles:
- El momento de la novia completamente lista, justo antes de salir.
- Retratos mirando —y especialmente no mirando— a cámara.
- Detalles de los objetos (velo, zapatos, perfume) mientras los toma y se va alistando.
- Juegos de luz natural, encuadres abiertos y detalles cerrados.
- Gestos, respiros, miradas perdidas.



El espacio perfecto: donde todo tiene sentido
Las mejores fotos suceden en el lugar donde todo ocurre.
Si la novia se está arreglando, las fotos deben ser en su cuarto, en el balcón, en el pasillo por el que saldrá.
La clave está en encontrar luz natural, jugar con sombras suaves, buscar espacios con historia o simplemente permitir que la escena hable por sí sola.
“El contexto es parte del encanto. Lo importante es capturar lo que está pasando, sin forzarlo.”
Porque mereces verte como te soñaste
Ser novia es mucho más que usar un vestido blanco. Es entrar en el mood, sentir que es tu día, y llenarte de esa energía única. Es esa etapa en la que el corazón vibra distinto y todo —desde tu mirada hasta el aire que respiras— se vuelve inolvidable.


La sesión de fotos de novia es un homenaje a esa versión de ti misma. A la mujer que sueña, que ama, que está por comenzar una nueva historia.Hazla por ti. Por ese instante de luz que solo tú sabes cómo se siente. Y que, gracias a estas fotos, vivirás una y otra vez.¡Contacta a Alexa a través de su perfil en TWB! Alexa Antonoff