En nuestro recorrido por el libro “100 Bodas por todo México” nos encontramos con una Casa de Diseño de Eventos del Sureste del país, especialistas en bodas y eventos extraordinarios; y tuvimos la oportunidad de entrevistarlos para conocer un poquito más de la magia detrás de sus bodas.
Bakú Diseño de Eventos comenzó en 2005, cuando descubrieron que les encantaba poder captar la esencia, los sentimientos, los sueños e ideas de una pareja y trabajar para materializarlos.
“El mundo de las bodas es una máquina de sueños en la cual tienes la oportunidad de compartir con la pareja y sus familias un día trascendente en sus vidas. Hacer que este sueño se vuelva realidad es señal de buen augurio para tener un gran comienzo en esta etapa”
Les preguntamos sobre su momento favorito en las bodas y nos platicaron, que desde el punto de vista profesional, nada se compara con el momento antes de que lleguen los novios e invitados, cuando tienen máximo 3 minutos de calma y pueden ver materializada la planeación, el esfuerzo, el trabajo de meses en un evento perfecto.
A nivel personal, el baile del papá con la novia es el momento que más les conmueve.
Su mayor reto laboral, definitivamente ha sido el poder colaborar con familias de diferentes partes del país y del mundo, entender las diversas idiosincrasias, cuáles son sus prioridades y necesidades para poder cumplir con sus expectativas.
Al pedirles nos compartieran 3 adjetivos que describan a una boda mexicana, nos respondieron: “Las bodas mexicanas sin duda son alegres, románticas, cálidas. Me gustaría agregar también que son muy emotivas y muy largas, a los mexicanos nos encanta celebrar”.
Su destino favorito de México para una boda: Obviamente Yucatán, un destino mágico, aunque sin duda, a su parecer. México está lleno de destinos hermosos.
Les preguntamos sobre su experiencia al colaborar en el libro “100 Bodas por todo México” y nos respondieron:
“La verdad fue súper emocionante cuando recibimos la invitación, fuimos la única Casa de Diseño de Eventos en el Sureste que incluyeron en este libro, es un gran privilegio. También fue difícil decidir que bodas eran las que íbamos a publicar porque en realidad todas las bodas que hacemos nos gustan”.
Las bodas a cargo de Bakú que aparecen en el libro, son dignas representantes de la región, llenas de magia, detalles y elementos únicos; a continuación nos platican un poquito más de ellas.
La primera boda es en Hacienda San Pedro Ochil, esta hacienda es un recinto espectacular, pero definitivamente tuvimos la gran ventaja de que los novios nos permitieron jugar con los espacios desarrollando una boda con mucho diseño y propuesta en tendencia, por ejemplo, la ceremonia civil fue en el anfiteatro, este lugar es increíble, para dar una idea, el artista James Turrell es quien estuvo a cargo del proyecto de iluminación de esta área.
Nosotros le dimos un toque especial colocando alrededor de 1,000 velas enmarcando el sitio lo cual le dio una vibra única, además el patio central estuvo perfectamente cuidado y detallado en cuanto a mobiliario, iluminación y distribución. Utilizamos mobiliario en tendencia, con un estilo ecléctico, donde se incluyeron muchos acentos con materiales de la región, también vestimos la hacienda con fibras naturales y piel. La cena se sirvió bajo una espectacular carpa que cubría los árboles del jardín principal de la hacienda, donde se colocó un montaje sofisticado, con gama de grises, sillas tipo Luis XV y algunas sillas con fundas. La iluminación fue fundamental para realzar la belleza de la vegetación y la arquitectura del lugar.
En la segunda boda fue un privilegio trabajar en uno de los mejores hoteles del mundo, Hacienda Chablé. Bajo una gran carpa negra en donde habían colgadas 2,000 velas con listones color beige se situó esta boda de alrededor de 700 invitados, las mesas fueron muy sobrias, jugando con materiales y tonos naturales y con la presencia de elementos propios del lugar; una veintena de árboles chakás originarios de Yucatán se colocaron entre las mesas, 5 más se colocaron para dar la impresión de que flotaban por encima de la pista. Se cuidó que hubiera una concordancia con el diseño interior de la hacienda, la cual se utilizó como inspiración y se replicó en algunos detalles como la pista, la barra, la contra barra, los números de mesa y la papelería, para todo esto se mandó a elaborar una edición más del piso utilizado en la restauración de ésta hacienda.
Otro detalle para recordar fue la mesa familiar, estilo imperial, de dimensiones impresionantes, que sobresalía de las demás por estar en alto.