Créeme, yo soy una de las primeras defensoras de los novios. Estoy consciente que, después de tantos meses de planeación, claro que te mereces un día que resulte más perfecto de lo que alguna vez hubieras imaginado. Ya tuviste que hablar con muchísimas personas, entender contratos que jamás imaginaste leer, acudir a pruebas de menú, y mil etcéteras más. Y sí, llegará el gran día y dirás “sí, acepto”, pero ¿ya te pusiste a pensar en todo ese equipo de trabajo que hizo tus sueños realidad (literal)? Antes de que des por hecho su trabajo y profesionalismo, acá te cuento cuáles son las actitudes ganadoras que no deben faltar en tu trato con los proveedores de la boda. ¡Toma nota!
Fotografía: WHITE LAB
1. Agradecimiento ¡siempre!
Esta actitud es obligada, en serio. Una vez que ya has armado tu equipo de trabajo, nunca dejes de agradecer el tiempo que cada uno de ellos le invierte a tu boda. Es su responsabilidad, sí; les estás pagando, sí; pero al final del día son profesionales que dejan de lado muchísimas cosas con tal de estar entregados por completo en la preparación de tu boda. Recuerda que todos ellos tienen un equipo de trabajo que, aunque no lo creas, se desvivirá por armarte una boda de la que estés 100% orgullosa, así que claro que vale la pena decir mil veces “¡GRACIAS!”. Si te sentaras a platicar con tus proveedores, y si ellos te contaran todo lo que necesitan sacrificar para trabajar en tu boda, seguro que no tendrías duda en que el agradecimiento es lo menos que se merecen.
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2. Di qué no te gusta
Este punto es ¡básico! Así como es importante tener en muy buena estima a todos los proveedores de la boda, también es vital que comuniques todas tus ideas y que, sin pena pero con mucho respeto, les hagas saber si hay algo que de plano no te gusta. Créeme, ellos, tu ejército de salvación, son los primeros que buscan escuchar tu punto de vista, sobre todo si hay algo que para nada vibra con el estilo que tienes pensado para tu boda. Eso sí, recuerda que cualquier observación siempre debe hacerse con el mejor tono y que, más allá de criticar, el hecho es que juntos busquen mediar para encontrar la solución idónea que transformará tu boda. Al final del día, en serio, claro que vale la pena mantener una sana convivencia con los profesionales.
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3. ¡Déjate sorprender!
A menos que estés completamente inmersa en el mundo de las bodas, seguro que habrá algunos detalles que no conoces del todo, ¡no te preocupes! Claro que la comunicación es básica, pero también lo es el reconocimiento de la experiencia que tengan tus proveedores. Si alguno de ellos busca proponerte una alternativa a lo que buscas porque de plano no se puede llevar a cabo, seguro que te sorprenderán con una idea que te volará la cabeza por completo. A veces somos enemigos de lo desconocido (y aquí me incluyo, ups), pero no sabes la cantidad de detalles inesperados que podrás obtener si tan solo confías en su talento y te dejas llevar por él. Créeme, serás su novia perfecta y amada ¡para todo el resto de su vida!
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4. Relájate y deja todo en sus manos
Habrá momentos en los que ellos mismos necesiten el máximo de tu atención y la de tu novio, pero también llegará el tiempo en el que tus proveedores se dedicarán, ahora sí, a aterrizar todas y cada una de tus ideas en una jornada que te deje maravillada. Entiendo que quieras tener el control (te lo escribe una ansiosa en potencia), pero parte de la comunicación, el entendimiento y el respeto que tengas por los profesionales se verá en esa confianza que les otorgues para que ellos trabajen y tú, por el contrario, no tengas que preocuparte por ABSOLUTAMENTE NADA. Esa, sí o sí, es una actitud mega ganadora.
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5. No los olvides después de la boda
Todo salió perfecto, ¿y ahora? Bueno, mi mejor recomendación es que, al término de la boda o al día siguiente, te tomes un momento para enviarles un mensaje o una nota de voz agradeciéndoles todo su esfuerzo y, si te late la idea, contarles qué fue lo que más te gustó de ese gran día. No hay nada tan valioso para ellos como ver el resultado de meses de trabajo en unas palabras que no solo sean de agradecimiento, sino de un cariño infinito.
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Si algo tengo claro es que todo está en la actitud, y cuando se trata de honrar a la gente que trabaja para hacer realidad la boda de tus sueños, vale mucho más tener buena vibra y nunca dejar la buena comunicación de lado. Los “sí, acepto” perfectos no se logran con más o menos inversión, sino con un espíritu noble, agradecido, cariñoso y comprensivo con quienes estuvieron a tu lado en cada momento previo a ese día tan esperado. Conclusión: tus proveedores te amarán “hasta que la muerte los separe”.