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Hay bodas que se sienten como un cuento contado con flores, texturas y música. Y hay otras, como la de Gabbie y Roberto, que elevan ese cuento a una experiencia en donde cada detalle, cada sonrisa y cada instante habla de esencia, de historia y de amor genuino. Porque cuando se planea con intención, la boda se transforma en algo mucho más grande que un evento. Esa fue la magia de este día, planeada y coordinada por Ganesha Weddings , en uno de los espacios más fascinantes de la Ciudad de México: el Museo Casa de la Bola.


Una ceremonia como una pintura
La ceremonia se desarrolló en un jardín lleno de luz y naturaleza, enmarcado por una fuente central cubierta de flores. Fue ahí donde Gabbie, con un vestido de novia de ensueño y ramo en mano, caminó hacia Roberto, quien la esperaba con un traje verde y una sonrisa imposible de olvidar.
La ceremonia, íntima y emotiva, fue oficiada por alguien muy cercano a la pareja. No hubo palabras de sobra. Solo verdad. Solo emoción. Solo amor.



Una celebración con identidad
El área de cóctel recibió a los invitados con la energía de mariachi que marcó el tono de una tarde festiva y muy mexicana. Cocteles y canapés circulaban entre conversaciones y risas.
Ganesha Weddings transformó los espacios con una propuesta decorativa que mezcló modernidad con alma. Grandes mesas imperiales se extendían bajo lámparas colgantes, fusionando la decoración con la arquitectura. Las flores frescas fueron protagonistas, no solo por su color, sino por su disposición sofisticada que aportaba dinamismo y alegría.
Una noche para recordar
Con la llegada de la fiesta, la atmósfera cambió sin perder elegancia. Gabbie sorprendió a todos con un segundo vestido corto, moderno y juguetón, que dio inicio a una nueva etapa de la noche: una pista llena de energía, momentos espontáneos y amor desbordado.
La boda de Gabbie y Roberto fue honesta. Fue real. Fue una celebración donde todo, desde la locación hasta el más mínimo detalle floral, estuvo pensado para contar su historia con estilo. Un testimonio de cómo la buena planeación puede convertir una boda en una verdadera obra de arte.












