Emily & Tyler: una boda íntima y estética en San Miguel de Allende

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Cuando se trata de bodas en San Miguel de Allende, cada historia tiene su magia particular. La de Emily y Tyler, una pareja neoyorquina, es una oda a la sencillez, el amor auténtico y la belleza de los momentos tranquilos. Con la impecable coordinación de Solei Weddings, esta boda en Casa Adela capturó el espíritu relajado y profundamente personal que define a muchas parejas modernas que eligen casarse en esta ciudad mágica.

Un día que comenzó con calma y conexión

Lejos del bullicio y la rigidez de las bodas tradicionales, Emily y Tyler decidieron comenzar su gran día con una sesión de yoga juntos. No hubo *first look* ni protocolos rígidos. En cambio, eligieron compartir ese momento íntimo al amanecer, reconectando antes de decir “sí”. Esta decisión reflejó su esencia: una pareja relajada, conectada y auténtica.

Una estética limpia y muchas velas

La decoración de esta boda fue un sueño minimalista. La visión de los novios era clara: querían un diseño limpio, sutil, muy aesthetic y lleno de velas. Con la ayuda de los expertos en planeación de bodas en San Miguel, Solei Weddings, se creó un ambiente donde cada detalle hablaba de elegancia natural, sin excesos ni pretensiones.

Un primer baile bajo el cielo de San Miguel

Uno de los momentos más memorables del día fue el primer baile, realizado en la terraza del hotel durante la hora del cóctel. Sin coreografías ni espectáculos, solo música suave, vistas impresionantes y la presencia de sus seres queridos. Fue un momento íntimo y alternativo que dejó una huella especial en todos los presentes.

Música en vivo con un toque personal

Durante el cóctel, el padre de la novia sorprendió a todos al subir al escenario con un grupo musical. Tocaron la batería, la guitarra y cantaron, creando una atmósfera cálida y vibrante mientras los novios bailaban con sonrisas genuinas. Fue un regalo inolvidable, lleno de emoción y significado.

Una celebración para disfrutar

Más que una boda, Emily y Tyler querían una experiencia. Buena comida, excelente música y un ambiente relajado para convivir con quienes más aman. Y eso fue exactamente lo que lograron: una celebración auténtica, estética y profundamente emocional.