Siempre hemos tenido una relación muy especial con los fotógrafos que trabajamos, no estoy segura por qué, pero sin duda, esa capacidad que tienen de sentir y vivir tan de cerca las emociones de una boda, los hace disfrutar de su trabajo y relacionarse de una manera única con todos.
Ziroelo Fotografía es la representación perfecta de esto, hablar con ellos de su trabajo, es un viaje a través de miles de emociones; sienten y viven cada boda, con el fin de dejar atrás lo fugaz y retenerlo más allá del tiempo.
Tuvimos la oportunidad de platicar con ellos y conocer un poquito más de lo que se vive detrás de su lente.
Lo primero que nos gustaría platicarles es la razón por la que eligieron las bodas y la fotografía de parejas.
Muchos hablan de la fotografía y anhelan ser los mejores, tener los mejores encuadres, ser artistas, tener la mejor foto intervenida o hacerla perfecta con el uso del photoshop.
“Cuando decidimos convertir Ziroelo en fotografía para bodas, las personas nos decían que esos no son fotógrafos reales. Incluso nos costó mucho trabajo encontrar el equipo correcto porque nos encontramos con creencias como que una persona que ama el arte, el cine o que estudia fotografía no lo hace para terminar siendo fotógrafo de boda”
La realidad es muy distinta a esto. La velocidad de respuesta, la responsabilidad de saber que están capturando aquel salto de fe que el ser humano da con los ojos cerrados hacia el amor y el estar a cargo de transmitir emociones reales en uno de los días más importantes de otra persona, hacen que ser fotógrafos de boda se convierta en una labor titánica.
“Los novios no siempre están felices; de hecho, es un día súper vulnerable, donde todo sucede y a gran velocidad, se consolidan sueños, expectativas, complicidad… La planeación puede durar un año, pero la relación y lo que está provoca, se espera dure toda la vida. Esto genera felicidad, pero también ansiedad y pánico. Si a esto le sumamos el factor familiar, la situación se vuelve más compleja, cada persona involucrada en la boda tiene un sentimiento distinto y este debe ser respetado y por supuesto capturado”
Nos platicaban Ana y Ciro, que hace poco les preguntaron ¿Cómo saber si son buenos fotógrafos de boda? Y para ellos, la respuesta es que, si llega un momento en la relación en que las cosas no están tan bien (siempre hay altas y bajas) y voltean a ver las fotos de su boda y regresa a la pareja esta emoción de amor incondicional y ganas de no tirar la toalla, SOMOS BUENOS FOTÓGRAFOS DE BODA, NUESTRA MISIÓN SE LOGRÓ.
Para Ziroelo, su trabajo no tiene nada que ver con edición, encuadres, paisajes y demás. Tiene que ver con lo más hermoso que tenemos los seres humanos: la capacidad de sentir, de amar y de ser amados.
“Por eso nació Ziroelo como fotógrafos de boda, por la necesidad de capturar momentos únicos en la vida de otras personas, que sin duda alguna llenan también la nuestra y nos permiten recordar que el arte sirve para provocar emociones y sensaciones. Ziroelo nos regala la posibilidad de vivir del amor”
¿Su momento favorito de una boda? El baile, sin duda alguna.
Para terminar, les pedimos nos compartieran el mejor consejo que lo podrían dar a los novios y nos respondieron:
“Que disfruten al máximo ese día y todos los días que estén juntos. Hay momentos complejos, pero siempre hay una razón por la cual permanecer juntos, que recuerden en primer lugar la razón para estar juntos. Y para el día de la boda, que en el momento de la sesión se disfruten, es el único momento que van a estar juntos al 100% en la boda, lo demás es familiar, fiesta y amigos, es su momento como pareja”.
Si quieres conocer más del trabajo de Ziroelo y la propuesta que tienen para ti, no olvides entrar a su perfil en TWB y contactarlos.
¡No te vas a arrepentir!